De los mencionados el de mayor tamaño es Andorra, el Principado de Andorra, ubicado en medio de Los Pirineos, entre España y Francia. Con poco más de 460km cuadrados, fue hasta la segunda guerra mundial, un país pobre, atrasado, eminentemente agrícola y ganadero. El ser un paraíso fiscal (situación que ha cambiado) le permitió un importante crecimiento. Sin embargo, su principal fuente de ingreso es el turismo.
Según el censo del 2008, cuenta tan solo con unos 85.000 habitantes, de los cuales menos de 32.000 son andorranos, el resto de la población está compuesta por españoles (unos 27.000) portugueses (cerca de 14.000), franceses (unos 5.000) y otras nacionalidades (alrededor de 6.500). ¡Es decir que los nativos andorranos son minoría en su propio país!
¿Pero a qué se debe esta aparente distorsión demográfica? La razón la podemos encontrar en las cifras turísticas, este pequeño país recibió en el 2016 mas de 8 millones de visitantes, de los cuales 2,8 millones fueron turistas (al menos una noche de pernocta) y 5.2 millones excursionistas (visitantes de un solo día). Ante estos números es fácil entender que deban importar trabajadores, pues los 32.000 andorranos por nacimiento no podrían manejar tal cantidad de visitantes, además de las otras actividades de la economía local.
Andorra es de fácil acceso por medio de diversas líneas de autobuses que la comunican con Francia y España. Desde Barcelona, por ejemplo hay más de 20 viajes diarios, parten de la estación de tren Sants, la Estación del Norte o desde el aeropuerto El Prat. Autobuses de primera, con wifi y baños cubren los casi 200km de distancia en unas 3 horas las cuales en realidad no se sienten. En cuanto a precios, las tarifas son muy asequibles, unos €30 por el boleto sencillo o poco más de €50 por el ida y vuelta. Para movilizarse internamente existe una eficiente red de autobuses locales que comunican a la capital con los otros pueblos, con tarifas que van desde €1,50 para ir al bello pueblo de Ordino, hasta los €4 por recorrer los 20km existentes hasta la frontera con Francia.
Ordino |
Andorra es igualmente un paraíso para las compras, todo el país es “duty free” por lo que una botella de whisky de 1lt (y muchas veces con una botellita de 350ml de promoción incluida) sale un 20% más económica que su equivalente de 0.75 lt en España o Francia. Igual sucede con cigarrillos, perfumes y equipos electrónicos. Tiendas de reconocidas marcas, así como modernos centros comerciales y calles peatonales dedicadas al comercio completan la oferta. Como si ello fuera poco, cuenta con un enorme spa, el centro Termolúdico Caldea, el cual alberga las famosas aguas termales por las que era conocida esta zona del principado desde el Siglo XV. Adicionalmente, algunas rutas para excursionistas han sido adornadas con esculturas de reconocidos artistas, las cuales convierten a estos trayectos en auténticos museos al aire libre. Todo ello aderezado con capillas, iglesias y viejas casas de estilo románico las cuales han perdurado hasta nuestros días.
Centro Termolúdico Caldea |
Por ello no es de sorprender que buena parte de los turistas sean deportistas (esquiadores en invierno, ciclistas en verano), excursionistas y personas que van en busca de actividades al aire libre. Y es aquí donde tenemos mucho que aprender de este pequeño país, rodeado de montañas en las cuales hay múltiples rutas para ciclistas y excursionistas.
Los andes venezolanos ofrecen similares condiciones los 12 meses del año, con una mayor proporción de lagunas que Andorra y montañas que fácilmente duplican en altura a las del Pirineo. Venezuela siempre se ha vendido como un destino de playa caribeño, dejando lugares como Mérida casi exclusivamente para el turismo nacional. Las cifras que muestra Andorra nos confirma que nuestros Andes gozan de un enorme potencial aun por explotar en el mercado internacional en los nichos de excursiones, trekking, hiking, bicicleta de montaña y senderismo, constituyendo una excelente oportunidad para los emprendedores del turismo.
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