Sin embargo, esto pudiera cambiar quizá no en el futuro cercano, pero sin duda podría suceder de mantenerse la tendencia actual. Lo vivido el pasado sábado 28 de mayo en la final de la Champions en Saint-Denis debe ser una campanada de alerta, no solo para las autoridades deportivas, sino también para las autoridades turísticas y políticas del país galo.
Francia se encuentran en el punto de mira por las escenas de pánico vividas que dieron la vuelta al mundo, máxime cuando París debe albergar en 2024 los Juegos Olímpicos y el Stade de France es una de sus principales sedes.
Alrededor del 70% de las entradas en papel presentadas en el primer control de acceso eran "falsas". Una vez superado ese primer control, se detectaron "más del 15%" de boletos falsificados. En resumen, entre 30.000 y 40.000 aficionados ingleses se encontraban en las afueras del estadio sin entradas o con entradas falsas. Ello retrasó el comienzo del juego por más de 30 minutos. Miles de turistas estafados sin tener a quien reclamarle y como broche bandas de inmigrantes o hijos de inmigrantes (muchos de ellos ilegales y sin papeles) acosando, manoseando y robando a los aficionados con total impunidad, víctimas que no fueron defendidos adecuadamente por los cuerpos de seguridad o la policía.
Los turoperadores en Gran Bretaña se defienden diciendo que es más fácil señalar a los ingleses de falsificar entradas antes que acusar a la población residente de un “no-go-zone” de ser los causantes del caos. "Los simpatizantes merecen saber lo que pasó", indicó este lunes el portavoz del primer ministro británico, Boris Johnson, que llamó a la UEFA a "trabajar de manera estrecha con las autoridades francesas en un investigación completa"
Aun no podemos medir el impacto y repercusiones que esto tendrá, puede que los medios lo silencien, puede que el gobierno francés busqué suavizarlo culpando las falsificaciones, pero los turoperadores, tanto ingleses como españoles ya han tomado nota de lo sucedido, y como reza el dicho “no hay nada más cobarde que un dólar” (o Euro en este caso) Nada afecta tanto un destino turístico como la inseguridad, y el principal destino turístico del mundo se esta haciendo muy inseguro.