Turísticamente Venezuela siempre se ha visto a sí misma y se ha vendido en el exterior como un destino de playa. Si bien es cierto que contamos con más de 3000 km de costas sobre el Mar Caribe, también es cierto (y acá debemos ser absolutamente sinceros y objetivos) que nuestras playas no son las mejores de la región. Salvo las playas de nuestras islas y cayos, las de tierra firme no son comparables con las de otros destinos caribeños. En lo relativo a infraestructura y servicios… bueno, es mejor no ahondar en ese tema.
A pesar de ello hemos insistido en vendernos de esa manera. En los años 80 tuvimos un auge importante en el número de visitantes, sin embargo no era un turismo de calidad. Además de lo que podamos ofrecer en materia de sol y playa, tenemos muchas opciones para vendernos en lo que se conoce como nichos turísticos. Son mercados más reducidos, más laboriosos, pero que dejan una mayor utilidad por pasajero y nos permite traer un turismo de calidad.
Rafting en el rio Sto.Domingo, Estado Barinas |
Países turísticamente maduros han entendido que hay grupos de interés que están dispuestos a pagar buen dinero para disfrutar de un viaje en el cual puedan hacer aquello que les apasiona. Tenemos ejemplos concretos incluso en países desarrollados y establecidos como lo puede ser Alemania, donde se han desarrollado paquetes para turistas amantes de la velocidad, quienes recorren las “Autobahn” en vehículos de alta cilindrada aprovechando que las autopistas alemanas, además de ser de extraordinaria calidad, carecen de límite de velocidad. Imaginen el placer que puede experimentar un turista norteamericano amante de los carros, condenado a no superar las 55 millas por hora en las autopistas de su país, conduciendo un BMW, Audi o Mercedes y poder desarrollar velocidades superiores a los 200 kph. en las autopistas alemanas. Es una experiencia inigualable!. Estos paquetes incluyen el alquiler del vehículo escogido, alojamiento, rutas sugeridas y por supuesto un buen seguro. Francia por su parte, ha desarrollado paquetes gastronómicos y enólogos, donde hospedan a los turistas en un Chateaux, visitan viñedos, bodegas, a la vez de degustar lo mejor de la cocina francesa.
En lo personal, creo que una de nuestras mayores fortalezas turísticas radica en el mercado de nichos, enfocándonos en la diversidad de opciones que podemos ofrecer al visitante y a grupos de interés. Han habido experiencias muy exitosas en ese sentido, hay nichos que ya han sido explotados con resultados más que satisfactorios, también hay muchos otros que podemos desarrollar.
La ventaja de esta modalidad turística es que se trata de grupos pequeños, sobre los que se tiene total control, lo cual minimiza las posibilidades de riesgo. Se les recibe en el aeropuerto, se les traslada al destino escogido, se les dan las excursiones o actividades contratadas por el número de días de su paquete y luego se les traslada nuevamente al aeropuerto para tomar el vuelo de regreso a su país. En todo momento están asistidos, acompañados por personal especializado en la materia y protegidos. Para mi, esta es una opción viable, relativamente fácil de poner en marcha en el corto plazo, mientras el país se adecua para la recepción del turismo masivo.
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