lunes, 24 de agosto de 2015

Nuestra fortaleza

México, al igual que Venezuela, es un país productor de petróleo y produce más que nosotros, sin embargo no es el petróleo su principal fuente de ingresos. De hecho creo que es la tercera, superado por la manufactura y el turismo. Quizá en los años de altísimos precios petroleros no haya sido asi, pero durante muchos años el turismo ha reportado mayores ingresos que el llamado “oro negro”. 

Pero ¿cómo logra México que el turismo le represente tan altos ingresos en divisas? Muchos dirán que México tiene una cultura ancestral, sitios arqueológicos de gran interés, hermosa arquitectura colonial y eso les facilita mercadearse. La verdad es a la inversa. Es cierto que poseen un gran e importante patrimonio arquitectónico y arqueológico, y conscientes de ello hicieron de su Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) un organismo fuerte, con un abultado presupuesto, con gente preparada. 

Su opinión es respetada y acatada. Sobre esa sólida plataforma del INAH se monta el desarrollo turístico mexicano. Así vemos destinos como Cancún (por mencionar el más conocido) el cual tiene varias ruinas Mayas dentro de la misma zona, como las ruinas del Rey y extraordinarios sitios arqueológicos como Chichen Itzá y Tulum a corta distancia en vehículo, o el exótico Xcaret parque único en su estilo ya que está construido en medio de ruinas mayas.

En Venezuela no tenemos mayor riqueza arqueológica y en lo que a arquitectura colonial se refiere, la poca que tuvimos no hemos sabido cuidarla. Nuestras ciudades carecen de la belleza que puedan tener otras ciudades del continente y salvo muy contadas excepciones en algunas zonas de Maracaibo, Barquisimeto o Valencia, la media de la ciudad venezolana es más por el estilo de Morón, El Tigre, El Vigia o Barcelona. Nuestra oferta es casi exclusivamente naturaleza, donde sin duda, ¡tenemos maravillas!

Parques Nacionales de Venezuela

Así como México desarrollo su turismo apoyándose en un Instituto de Antropología fuerte y sólido, de la misma manera debiéramos nosotros fortalecer nuestro Ministerio de Ambiente e Instituto Nacional de Parques, darles un presupuesto importante, darles poder y autonomía para que verdaderamente puedan proteger nuestro patrimonio ambiental, y sobre esa base sólida desarrollar nuestra actividad turística. Si hacemos un breve recuento de cuáles son los principales destinos turísticos del país, casi todos son parques nacionales o tienen un parque nacional muy cerca. (Morrocoy, Sierra Nevada, Canaima, Gran Sabana, Mochima, La Restinga, Los Roques, etc. etc. etc. ) No es secreto para nadie el lamentable estado de nuestros parques, el ecocidio que comete la minería ilegal en Canaima, la basura que inunda Morrocoy, la contaminación galopante (o flotante) en Los Roques, por solo mencionar tres.

La inacción de las autoridades está permitiendo que se destruya lo único que tenemos que ofrecer: naturaleza. En cualquier parte del mundo, no digamos USA o Canadá, los parques nacionales tienen áreas delimitadas donde pueden ir los visitantes, caminerías, áreas para el esparcimiento, la recreación, etc. Se establece y comunica claramente que actividades están permitidas y en qué áreas pueden hacerse dichas actividades. Hay centros de visitantes con guías y souvenirs, módulos de información, guardaparques que viven en condiciones dignas, bien preparados y capacitados… en fin, tenemos prácticamente todo por hacer, pero hay extraordinarias referencias de qué y cómo hacerlo. Rescatar nuestros parques nacionales pudiera ser un excelente punto de partida para tener una atractiva oferta turística, a fin de cuentas, la tendencia mundial es hacer del turismo una actividad sostenible y sustentable, con mínimo impacto ecológico y ambiental.

Así como es imperativo recuperar nuestros parques nacionales, también seria provechoso turísticamente hablando, embellecer nuestras ciudades. En el continente tenemos varios ejemplos de ciudades que hoy en día distan mucho de lo que eran hace unos pocos años, pero eso lo dejaré para un próximo número.



lunes, 17 de agosto de 2015

Proyectando el turismo

Me estreno en esta columna con  la  intención e interés de compartir con los  lectores puntos de vista sobre la única actividad que puede reportarnos un importante flujo de divisas en el corto plazo, tan solo haciendo unas pequeños  cambios  y  tomando  algunas medidas necesarias.  Sin embargo  si  deseamos crecer turísticamente y consolidarnos como destino, es mucho mas lo que debemos hacer , pero  el resultado será aun mejor! Hasta ahora, ¿qué se ha hecho en Venezuela por el turismo?  ¿Qué se puede hacer en Venezuela por el turismo?

En lo personal mis respuestas serian poco y ¡muchísimo! respectivamente. Cuando me inicié en esta actividad por azares del destino, por allá en los años 80, los jefes de mi jefe, unos españoles, creían en aquel entonces que en el futuro cercano, Venezuela se convertiría  en el próximo gran destino turístico en Latinoamérica, como ya lo eran para aquel entonces México y Brasil. Eran los tiempos de Sun Quest, operadora canadiense de bajo costo que “descubrió” Venezuela y durante un tiempo nos inundó de turistas. Luego dejaron de venir, como han ido dejando de venir importante numero de visitantes de distintos orígenes. La triste realidad es que países turísticamente menos desarrollados que nosotros en aquella época, hoy en día gozan de un importante y sostenido flujo de turistas, lo cual contribuye con la economía y desarrollo de dichos destinos. ¿Qué pasó entonces? ¿En qué parte del camino nos extraviamos? 

Parque Nacional Canaima

La verdad es que esta columna lejos de querer buscar responsables lo que pretende es dar algunas ideas y opiniones (personales y de terceros) sobre que pudiéramos hacer para lograr que el turismo se convierta en una importante fuente de generación de empleo y generación de divisas . Desde que tengo uso de razón he escuchado decir que lo tenemos todo, playas, montañas, selva, nieve, desierto y un larguísimo etcétera donde cabe todo aquello que Ud. quiera agregar. Si tenemos TODO eso, (y lo tenemos) entonces que es lo que no tenemos? ¿Por qué no hemos logrado posicionarnos? 

Quizá lo que haya faltado sea la voluntad de querer hacer las cosas. Un daño colateral del ingreso petrolero. Hemos tenido grandes ministros en muchas áreas, Pérez Alfonzo, Calderón Berti en Minas e Hidrocarburos, Arnoldo Gabaldón en Sanidad, Sucre Figarella en el MOP y CVG, Arístides Calvani en Cancillería…. pero nunca hemos tenido un gran ministro de turismo, uno que logre sacarlo del foso donde siempre ha estado, que le de forma y que nos posicione en el lugar que pudiéramos estar. Creo que uno de los más exitosos ministros que pasó por esa cartera fue Diego Arria. Al no ser el turismo política de Estado, el siguiente en el cargo vendrá con sus ideas, su equipo, tratará de hacerlo lo mejor posible, pero lamentablemente sin mayor éxito. El ministerio de turismo siempre ha sido la cenicienta del gabinete.

Recuerdo una famosa periodista que compartía espacio en un muy visto programa nocturno de la antigua Globovisión, finalizando una entrevista que le hacían al entonces candidato presidencial Henrique Capriles, le manifestó su interés en ayudarlo si él alcanzaba la presidencia, que le diera “aunque sea el ministerio de turismo”. 

Esa infeliz frase de esa insigne periodista refleja muy bien cómo ve la mayoría de los venezolanos a ese importantísimo organismo, vital para el desarrollo del país y la generación de divisas. En las próximas entregas iré tocando diversos temas con la intención que puedan contribuir a que seamos el destino turístico que todos queremos.