México, al igual que Venezuela, es un país productor de petróleo y produce más que nosotros, sin embargo no es el petróleo su principal fuente de ingresos. De hecho creo que es la tercera, superado por la manufactura y el turismo. Quizá en los años de altísimos precios petroleros no haya sido asi, pero durante muchos años el turismo ha reportado mayores ingresos que el llamado “oro negro”.
Pero ¿cómo logra México que el turismo le represente tan altos ingresos en divisas? Muchos dirán que México tiene una cultura ancestral, sitios arqueológicos de gran interés, hermosa arquitectura colonial y eso les facilita mercadearse. La verdad es a la inversa. Es cierto que poseen un gran e importante patrimonio arquitectónico y arqueológico, y conscientes de ello hicieron de su Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) un organismo fuerte, con un abultado presupuesto, con gente preparada.
Su opinión es respetada y acatada. Sobre esa sólida plataforma del INAH se monta el desarrollo turístico mexicano. Así vemos destinos como Cancún (por mencionar el más conocido) el cual tiene varias ruinas Mayas dentro de la misma zona, como las ruinas del Rey y extraordinarios sitios arqueológicos como Chichen Itzá y Tulum a corta distancia en vehículo, o el exótico Xcaret parque único en su estilo ya que está construido en medio de ruinas mayas.
En Venezuela no tenemos mayor riqueza arqueológica y en lo que a arquitectura colonial se refiere, la poca que tuvimos no hemos sabido cuidarla. Nuestras ciudades carecen de la belleza que puedan tener otras ciudades del continente y salvo muy contadas excepciones en algunas zonas de Maracaibo, Barquisimeto o Valencia, la media de la ciudad venezolana es más por el estilo de Morón, El Tigre, El Vigia o Barcelona. Nuestra oferta es casi exclusivamente naturaleza, donde sin duda, ¡tenemos maravillas!
Parques Nacionales de Venezuela |
Así como México desarrollo su turismo apoyándose en un Instituto de Antropología fuerte y sólido, de la misma manera debiéramos nosotros fortalecer nuestro Ministerio de Ambiente e Instituto Nacional de Parques, darles un presupuesto importante, darles poder y autonomía para que verdaderamente puedan proteger nuestro patrimonio ambiental, y sobre esa base sólida desarrollar nuestra actividad turística. Si hacemos un breve recuento de cuáles son los principales destinos turísticos del país, casi todos son parques nacionales o tienen un parque nacional muy cerca. (Morrocoy, Sierra Nevada, Canaima, Gran Sabana, Mochima, La Restinga, Los Roques, etc. etc. etc. ) No es secreto para nadie el lamentable estado de nuestros parques, el ecocidio que comete la minería ilegal en Canaima, la basura que inunda Morrocoy, la contaminación galopante (o flotante) en Los Roques, por solo mencionar tres.
La inacción de las autoridades está permitiendo que se destruya lo único que tenemos que ofrecer: naturaleza. En cualquier parte del mundo, no digamos USA o Canadá, los parques nacionales tienen áreas delimitadas donde pueden ir los visitantes, caminerías, áreas para el esparcimiento, la recreación, etc. Se establece y comunica claramente que actividades están permitidas y en qué áreas pueden hacerse dichas actividades. Hay centros de visitantes con guías y souvenirs, módulos de información, guardaparques que viven en condiciones dignas, bien preparados y capacitados… en fin, tenemos prácticamente todo por hacer, pero hay extraordinarias referencias de qué y cómo hacerlo. Rescatar nuestros parques nacionales pudiera ser un excelente punto de partida para tener una atractiva oferta turística, a fin de cuentas, la tendencia mundial es hacer del turismo una actividad sostenible y sustentable, con mínimo impacto ecológico y ambiental.
Así como es imperativo recuperar nuestros parques nacionales, también seria provechoso turísticamente hablando, embellecer nuestras ciudades. En el continente tenemos varios ejemplos de ciudades que hoy en día distan mucho de lo que eran hace unos pocos años, pero eso lo dejaré para un próximo número.