lunes, 23 de marzo de 2020

La última frontera

Personalmente he sido desde siempre un convencido y fiel creyente de los beneficios de lo que en una época se conoció como turismo de nichos, luego de segmentos pero que en definitiva se reduce al turismo de grupos que comparten un interés común, alrededor de los cuales se diseñan actividades turísticas. Tenemos así los tour fotográficos, el turismo para observadores de aves, el turismo religioso y un larguísimo etcétera el cual difícilmente pueda tener fin. La diversidad humana abre posibilidades enormes. Se organizan tours para asistir a partidos de futbol, ver conciertos, asistir a carreras de Fórmula 1, de la misma manera que hay paquetes para los amantes del trekking y senderismo, o para los amantes de la pesca o como como existió en una Venezuela no muy lejana paquetes para los amantes del dominó, quienes asistían a torneos organizados en la isla de Aruba. Mientras los competidores de dichos torneos buscaban obtener el trofeo o algún premio, sus esposas y acompañantes disfrutaban de las tiendas y playas.

La ventaja para los operadores turísticos de esta segmentación por grupos de interés, es que permite unos márgenes de comercialización más amplios que los del turismo masivo. Siempre podrán crearse nuevos segmentos y tener la seguridad que existirán personas interesadas.

Tal es el caso de uno de los grandes visionarios del turismo mundial, quien en su búsqueda por desarrollar nuevos mercados ha decidido, literalmente, salir de este mundo. Me refiero al legendario Richard Branson, fundador del grupo Virgin.

Virgin inició como un sello disquero en 1970. Desde entonces el Grupo Virgin incluye telefonía celular, servicios de salud, inversiones, transporte ferroviario, líneas aéreas, etc. En total el grupo está constituido por más de 60 empresas activas. Otras cuarenta y tantas empresas que formaron parte del conglomerado han sido vendidas o fueron cerradas. Quizá las más conocida de todas ellas es la línea aérea Virgin Atlantic , pero la empresa del grupo a la cual Richard Branson más atención le dedica es sin duda Virgin Galactic , la empresa que hará del turismo espacial una realidad.

 

Pero ¿cómo sería esta travesía espacial turística? Los pasajeros subirían a bordo de la nave WhiteKinghtTwo en el puerto espacial Spaceport America, en Nuevo México. Ascenderían alrededor de 15 km antes de que la primera nave expulsara la segunda, SpaceShipTwo, donde completarían su viaje. Tras el acelerado despegue los “astronautas por un día” saldrían de sus asientos para flotar por la nave en un completo silencio rumbo al espacio.

Durante las 2 horas de viaje los pasajeros alcanzarían una altitud de 110 km al borde del espacio, superando la línea de Kármán, que marca el límite entre la atmósfera y el espacio exterior. La nave tiene capacidad para transportar a seis pasajeros y dos pilotos.

Originalmente se tenía previsto el año 2011 para el primero vuelo turístico al espacio. Una serie de contratiempos y la explosión de dos naves en las etapas de pruebas han retrasado esta fecha. La inversión hasta el momento (por no llamarlo pérdida) se acerca a los $500 millones, sin embargo, con casi 8.000 personas anotadas para viajar, el cupo de asientos disponibles agotado y un precio estimado de $250 mil por pasaje, el futuro económico de la empresa parece prometedor.

Recientemente se anunció la apertura de una segunda lista de espera para cuando se abran nuevos cupos. Por un precio de $1.000 totalmente reembolsables, Ud. puede anotarse en la lista, para ser contactado más adelante una vez deba hacer el depósito para el viaje. Una nueva nave espacial está en construcción y se sumará a la ya existente. Parece ser que efectivamente cada día estamos más cerca de poder hacer turismo fuera de este mundo.
 

Si desea anotarse en la lista de espera, o al menos curiosear en la página donde personalidades como Brad Pitt y Aston Kutcher ya han reservado sus asientos, puede hacerlo desde aquí. Lo cierto es que muy pronto la frase “El cielo es el límite” será cosa del pasado.


lunes, 9 de marzo de 2020

Las otras víctimas de la pandemia

El número de víctimas mortales a causa del coronavirus ya pasa de los tres mil quinientos, la Organización Mundial de la Salud ya la califica de pandemia. Pero hay otro número de víctimas que recién empieza a contabilizarse, el de las empresas que han ido a la quiebra a causa de este brote.

Tal es el caso de Flybe, una línea aérea regional británica que recientemente se declaró en bancarrota, luego de algunas dificultades financieras no pudo sobreponerse a la disminución de pasajeros a raíz de la epidemia que pareciera azotar al planeta.


Quizá de este lado del mundo pocas personas hayan oído hablar de Flybe, asi que hagamos un breve resumen de ella:

Inicia operaciones en 1979, con sede en la isla de Jersey como una necesidad por conectar a las islas del canal de La Mancha con el Reino Unido. A principios de los 80 es comprada por un grupo de inversores y su sede se traslada a Exeter, lo cual les permite funcionar como “hub” y fortalecer su posición en el mercado. Para 1985 movilizaba unos 160 mil pasajeros al año, los cuales dejaban utilidades cercanas a los 9 millones de libras esterlinas.

Entre 2002 y 2006 experimenta un gran crecimiento, amplía su flota en la cual incluyen 26 Embraer, establece alianzas estratégicas con Longanair y comienzan a volar desde el aeropuerto London City, ubicado a orillas del Támesis en el centro de la ciudad. La aerolínea cubre más de 50 rutas en Escocia, muchas de ellas de manera exclusiva.

Destinos cubiertos por FlyBe
Para el 2017, el contrato de franquicia con Longanair culmina y sus acciones en la bolsa se desploman un 75%. Las antes aerolíneas aliadas, pasan a convertirse en feroces competidores en el mercado escocés.

En el 2019 llega a un acuerdo con el Grupo Virgin el cual inyecta una cantidad cercana a los 2.8 millones de libras esterlinas para mantenerla a flote, sin embargo la abrupta caída en el número de pasajeros, a causa del temor por el coronavirus a partir de enero de este año, le da la estocada final. FlyBe vuelve a ser noticia, esta vez para anunciar su quiebra. Para ese momento FlyBe cubría 120 rutas regionales, 80 de ellas de manera exclusiva. Un duro golpe para la aviación regional y las comunidades remotas del Reino Unido.

Blue Island y Eastern Airways, las otras dos aerolíneas franquicias de FlyBe, continuarán operando normalmente, sin embargo, el temido coronavirus ya ha cobrado su primera víctima en las líneas aéreas.

Fuente: https://airwaysmag.com/