lunes, 27 de enero de 2020

Aeropuertos “cero emisión”

Mirar por la ventanilla cuando el avión despega o aterriza ofrece una panorámica similar en la mayoría de los aeropuertos de España de mayor o menor extensión según los casos, pero por lo general la vista es la de terrenos baldíos alrededor del aeropuerto. En los próximos años el paisaje puede dejar de ser el de esos terrenos vacíos para convertirse en un mar de paneles solares.

Aena (la empresa que maneja los aeropuertos españoles) se ha propuesto convertirse en un gran productor de electricidad con energías limpias. El grupo, controlado en un 51% por el Estado español y con una red de 46 aeropuertos en el país, ha diseñado un plan para contar en los próximos con plantas fotovoltaicas en casi una veintena de sus aeródromos de toda España para reducir de manera sustancial su factura energética (cerca de 75 millones de euros el año pasado) y recortar sus emisiones de CO2 con energías verdes.

Aeropuerto El Prat, Barcelona

La operación ya está en marcha. El proyecto se desarrolla bajo un nombre que ofrece pocas dudas –Plan Fotovoltaico-, y la junta directiva de la compañía ya ha dado el visto bueno formalmente para construir plantas de energía solar en los terrenos aledaños de sus aeropuertos con el objetivo producir el 70% de la electricidad que la compañía consume actualmente y, de paso, vender parte de la producción en algunas zonas en que se genere más de lo necesario. El objetivo sería compensar el exceso de producción de unos aeropuertos con el déficit de otros.

Aena ya cuenta ahora con pequeñas instalaciones fotovoltaicas repartidas en ocho de sus aeropuertos españoles. Con todos ellos, el año pasado el grupo aeroportuario acumuló una producción eléctrica de apenas 4,1 gigavatios hora. El objetivo del nuevo plan que ahora arranca es multiplicar por más de 150 esa producción y dispararla hasta los 650 gigavatios hora (GWh) al año, según las estimaciones que maneja la dirección de la compañía.

La lista de nuevos aeropuertos que se llenarán de paneles solares aún no está cerrada y se estudian decenas de ubicaciones. De momento, la dirección de Aena tiene claro que se construirán nuevas plantas fotovoltaicas en las dos joyas de la corona de su red, los gigantes de Madrid-Barajas (donde ya cuenta con una pequeña instalación) y Barcelona-El Prat.

Una de las grandes metas es conseguir que los aeropuertos de Madrid y de Barcelona –que concentran la mitad del total de las emisiones de la red de Aena- consigan ser neutros en sus emisiones de carbono al final de la próxima década, según reconocen desde el grupo comandado por Maurici Lucena. La compañía en otro pilar estratégico de futuro para diversificar ingresos ha puesto en marcha dos megaoperaciones inmobiliarias en Madrid y Barcelona para conceder suelo para que se instalen cerca de los aeropuertos hoteles, empresas y centros logísticos, y también estudia implantar proyectos similares en Mallorca, Málaga, Valencia y Sevilla.

Fuente: el independiente


lunes, 13 de enero de 2020

Reinventando países

Colombia, Ruanda y Croacia eran percibidos por muchas personas como sitios peligrosos y en conflicto. Ahora encabezan las listas de viaje. Otras naciones pueden seguir su ejemplo, entre ellos Venezuela, cuando llegue el momento.

Calle empedrada en Medellín


Hace veinte años, una columnista de The New York Times describió a Colombia como un país dominado por “muertes provocadas por el narcotráfico, masacres paramilitares, secuestros de las guerrillas, asesinatos de escuadrones de la muerte y crímenes en las calles”. Cinco años antes, un artículo de The Washington Post de 1994 planteó la pregunta de si la gente querría visitar Croacia, un país destrozado por la guerra. “Solo los más intrépidos lo considerarán”, se lee en el texto.

Y, el mismo año, un artículo de The New Yorker describió el genocidio en Ruanda como una situación tan peligrosa que los extranjeros que iban a ayudar no iban más allá del aeropuerto. Una calle es descrita como un sitio “donde todo está lleno de balas y todos los edificios han sido acribillados”.

En estos años, el conflicto y los disturbios han disminuido; la infraestructura se ha reconstruido y las economías se han recuperado. Además, a través de una combinación de mercadotecnia, redes sociales y desarrollo —y con la desaparición de los grupos en conflicto, lo cual ocurre con el paso del tiempo— estos tres países ahora son destinos turísticos en apogeo y se encuentran en los primeros lugares de las listas de viajes, de lugares que visitar antes de morir y abundan en las cuentas de Instagram.

Más de tres millones de visitantes fueron a Colombia en 2017, un aumento del 200 por ciento respecto a 2006, y el país ha sido clasificado como uno de los principales destinos en decenas de listas de viaje, incluida la lista de 52 lugares para visitar del Times. La cadena de hoteles Hilton planea abrir tres propiedades en Colombia este año.


 

Costa del Mediterraneo croata

En 2018, casi 560.000 estadounidenses visitaron Croacia, un aumento considerable si se compara con los casi 41.000 de 1998. En total, 19,7 millones de turistas visitaron el país en 2018, en comparación con los casi 1,5 millones de 1995.

“Actualmente, Croacia es uno de los principales destinos turísticos del Mediterráneo”, dijo Kristjan Stanicic, director del Consejo Nacional Turístico de Croacia. “Nuestros competidores son España, Italia, Francia y Grecia, y ese no siempre ha sido nuestro caso. La gente ahora sabe que tenemos excelentes playas y otras actividades que ofrecer”.

Y, en Ruanda, el turismo aumentó a 1,5 millones de visitantes en 2017 en comparación con los 826.000 de 2007. Los turistas han sido atraídos por las selvas tropicales exuberantes del país, el vibrante entorno artístico en Kigali, su capital, y sus iniciativas para conservar las poblaciones de gorilas.

Estos datos son muy esperanzadores para un país con tanto potencial como Venezuela. Una vez cese la actual situación, debe mirarse a estos tres ejemplos y apuntar a que sea el turismo una de las principales fuentes de ingresos y divisas.

Fuente NY Times.