El título del artículo de esta quincena ilustra la realidad de Venezuela frente a la industria de del turismo de cruceros, ciertamente extrapolable a cualquier sector turístico, pero en el segmento de cruceros jamás ha habido una política coherente para desarrollar una industria que requiere poca inversión y proporcionalmente deja grandes beneficios a la economía de los países que apuestan por esta modalidad.
Recientemente fue publicado el reporte anual 2018-2019 de Cruise Industry News. Esta es la publicación más completa sobre el tema, 400 páginas en las cuales son evaluados todos (¡si, todos!) los buques que prestan servicio de crucero, bien sea de líneas establecidas, así como pequeños barcos destinado a turismo de nichos como la fotografía, expediciones al Polo Sur, etc.)
En ella están detalladas las distintas rutas, líneas de cruceros, crecimiento por segmento, por región, y las proyecciones de la industria hasta el año 2027. Este reporte debiera ser de adquisición obligatoria para las autoridades turísticas si deseasen que el turismo de cruceros fuese una fuente de ingresos y generación de empleos.
Unas cuentas aritméticas muy básicas nos muestran el potencial de este mercado. Las estadísticas de este reporte señalan que la media de pasajeros es de unos 3000 por buque y que el gasto promedio en cada puerto visitado es de unos $200 por pasajero, dinero gastado en suvenires, alimentación y bebidas, tours y paseos, etc. es decir que cada crucero deja en promedio unos $600.000 en cada puerto, a ello debemos sumar gastos por concepto de derecho de atraque y amarre, impuestos, tasas portuarias, etc.
Claro que para que ello ocurra tienen que haber unas condiciones mínimas, no es posible conseguir estas cifras atrancando en el puerto de La Guaira, el cual es un puerto de carga más que de pasajeros, o en el puerto de El Guamache, en Margarita que es un atracadero de ferris y carece de tiendas y servicios en los alrededores, o áreas para que los turistas que desembarquen paseen con seguridad.
Proyecto de recuperación de casco histórico de Porlamar |
Proyecto del complejo Puerto de la Mar |
De haberse desarrollado el proyecto original, a estas alturas, ciudades costeras como Puerto Cabello y La Vela de Coro, ambas con un patrimonio arquitectónico colonial importante, ya pudieran haberse consolidado como paradas de interés a lo largo de esa ruta.
Sin embargo, la plaga roja que nos azota desde hace cuatro lustros prefirió expropiar las instalaciones del Puerto de La Mar para convertirlo en las ruinas que son hoy en día. Mientras el régimen venezolano despreciaba los cruceros, Juan Manuel Santos se reunía personalmente con presidentes de importantes navieras para ofrecer Cartagena de Indias como destino para algunas rutas, dando todas las garantías en cuanto a marco jurídico, seguridad, acondicionamiento etc. Cartagena empezó recibiendo un barco a la semana algunos meses al año, hoy en día recibe tres buques semanales lo cual representa ingresos que promedia los dos millones de dólares por semana. Mientras tanto aquí, seguimos viendo pasar los barcos desde la orilla.