lunes, 11 de septiembre de 2017

Terrorismo, enemigo número uno del turismo

Los recientes atentados en Barcelona se suman a ya los acaecidos en otras ciudades europeas. Este, sin embargo, tienen connotaciones especiales. Mientras que en Berlín se atacó un mercado y en Niza una calle llena, mayoritariamente de franceses que celebraban el Día de la Bastilla (su fecha patria), el ataque de Barcelona fue en el lugar más turístico de la ciudad más turística de uno de los 3 países que más turistas recibe anualmente a nivel mundial. Dieron en el centro de la diana. Dieron en el centro, del centro, del centro. De hecho, más del 90% de las víctimas eran turistas entre locales y extranjeros.

Pero ¿cómo uno de los lugares más visitados de la ciudad que más turistas recibe en España, estuviese totalmente desprotegido? Es acá donde luego de escarbar un poco debemos tragar grueso ante las aplastantes evidencias de negligencia por parte de las autoridades de la alcaldía y la Generalitat (gobierno local).

En diciembre de 2016, luego del atentado en el mercado de Berlín, la policía nacional española envió un comunicado a todas las policías regionales elevando el alerta y solicitando se colocasen maceteros, cadenas, porrones u otro tipo de obstáculos para dificultar o incluso imposibilitar el tránsito de vehículos por zonas peatonales. La policía local conocida como “mossos d'esquadra” desestimo la advertencia y la alcaldesa de Barcelona, izquierdista a ultranza y no muy amiga del turismo (según se desprende de declaraciones anteriores), dijo que el colocar obstáculos ¡atentaba contra la libre circulación! (de los terroristas – le faltó agregar-). Que el poner macetas y porrones solo serviría para que la gente se sentase en ellos o los usase como ceniceros. Pues parece que la Sra. Alcaldesa prefirió recoger cadáveres antes que colillas.

El gobierno local se ha preocupado mucho por dejar claro el valor y profesionalismo de la policía local, sin embargo no explican ninguno de éstos puntos:

  • Una célula de al menos doce terroristas, algunos adolescentes, sin preparación ni pericia, preparó durante meses una carnicería en el centro de Barcelona. Nadie los detectó. Ni siquiera estaban fichados.
  • La CIA advirtió sobre un atentado en las Ramblas de Barcelona, exactamente. Fue ignorada, negada y solo cuando los medios de comunicación evidenciaron la mentira, admitieron haber recibido dicha notificación por parte de la CIA.
  • Una vivienda ocupada en Alcanar quedó arrasada por una explosión. En su interior había al menos dos cadáveres, un herido, más de cien bombonas de butano y material explosivo. Nadie siguió la pista. Confundieron un cuartel general islamista con un laboratorio de drogas.
  • Una furgoneta asesina irrumpió a media tarde en la calle más emblemática de Barcelona. ¿Bolardos, Maceteros, Porrones? Ninguno. Pero tampoco la presencia policial exigible en un lugar con el mismo valor simbólico y aún más afluencia que el Puente de Londres o la Torre Eiffel.
  • En plena alarma post-atentado, un individuo mató a un conductor, robó su vehículo, atropelló a un policía en la Av. Diagonal, siguió conduciendo hasta Sant Just (en los suburbios de Barcelona), abandonó el auto y huyó. Tardaron 4 días en dar con él.
  • Y la última novedad: el presunto cerebro de la célula era el imán de Ripoll. No un desconocido, sino un sujeto que había pasado por la cárcel y un radical de libro, había intentado sin éxito radicarse en Bruselas. La policía belga, había advertido acerca de éste imán a la policía catalana, quien una vez más, hizo caso omiso a las advertencias.

Rambla de Barcelona minutos después del atentado


Lo triste es que toda esta tragedia pudo haberse evitado si hubiesen atendido las advertencias dadas por la policía belga, la CIA y la policía nacional española. Sin embargo, la arrogancia separatista e ideológica pudo más y desestimó todas las pistas dadas por organismos externos. Cataluña es la comunidad autónoma con mayor número de musulmanes en toda España, más de 500 mil. Ese solo hecho ya debiera ser suficiente para estar en una alerta permanente, pues le resultaría muy fácil a los terroristas infiltrarse en la comunidad musulmana sin ser detectados.

El repunte en número de visitantes que había tenido España en general y Barcelona en particular, apuntaba a que este año dicho país alcanzaría el primer lugar en número de turistas recibidos, por encima de Francia y los Estados Unidos. Ahora es difícil que lleguen a la cifra de 80 millones de turistas que estimaban. 

Habrá que esperar estos 5 meses restantes a ver cómo se comporta el mercado. Mientras tanto sigue la alerta a nivel de toda Europa ante posibles nuevos ataques.